¿Estamos listos para hacer frente a un verdadero gobierno abierto?
A ningún mexicano le cabe duda que nuestro país siempre es el numero uno… en temas de corrupción, impunidad, desvió de recursos, lavado de dinero, sobornos, nexos por parte de funcionarios públicos con el crimen organizado, sólo por mencionar alguna de las bellezas y galardones que nos condecoran. Pero, ¿es en realidad algo a lo que debemos de estar acostumbrados? y, ¿realmente nos va a ayudar la transparencia y el nuevo enfoque de gobierno abierto?
Primero hay que decir las cosas como son: durante años nos hemos encargado de normalizar la corrupción y aunque nunca creí tener que escribir esto, el presidente de La República Enrique Peña Nieto, tiene razón (minuto 20:49 – 22:07), ahora somos una sociedad más informada, que exige cambios radicales en la forma como nos relacionamos con nuestro gobierno en todos sus niveles, instituciones y también entre nosotros como sociedad. Pero hemos estado haciendo las cosas mal, para empezar normalizamos la corrupción.
La tecnología nos ha permitido ver claramente cada uno de los actos de corrupción que antes eran imposible, tan es así que vemos lo que nos cuestan estos actos, tanto como un 10% del Producto Interno Bruto. Otros estudios sitúan a México como el país numero 1 de America Latina y el Caribe en actos de corrupción, que si a eso le sumamos el estudio donde el 88.8% de Mexicanos creen que las prácticas de corrupción son muy frecuentes o frecuentes, bueno, es claro que estamos en problemas, ¿no?.
Y aún así parece imposible ser tan cínico como para minimizar los problemas creados por todo esto ( mismo video 18:45 – 19:25), más aun cuando queda completamente claro y comprobado que dichos problemas tuvieron su origen en actos irregulares que pasaron justo bajo la supuesta vigilancia de las autoridades de cada momento.
Porque puede que no nos merezcamos el gobierno que tenemos, como lo demostraron miles de mexicanos en el terremoto del 19S, pero si algo es seguro es que este gobierno es el reflejo de lo que hemos sido y permitido que suceda por nuestra inacción. Ahora la pregunta obligada sería: ¿como hacer que las cosas cambien?
Sistema Nacional Anticurrupción, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales y los recientes esfuerzos en la creación de repositorios públicos de datos de gobierno, así como iniciativas de gobierno abierto o hackatones para impulsar el desarrollo de herramientas de diversos tipos que facilitan la transparencia, acceso a datos y ciudades inteligentes, son algunos de los medios para lograr cambios. Pero ni la digitalización de documentos ni la creación temporal de iniciativas o herramientas es suficiente. No basta con simplemente realizar los mismos procesos pero en maneras digitales, por un lado pienso que se debe de cambiar la manera en la que funcionan las instituciones, porque no basta con tener la información disponible si no es posible confiar en los organismos que la proveen. Pero por el otro lado, pienso que como ciudadanos nuestra obligación es exigir herramientas que nos permiten acceder fácilmente a la información, para tomar decisiones bien informadas al mismo tiempo que no quitamos el dedo del renglón exigiendo cada vez más.
Porque exigir mejores instituciones o herramientas forzosamente pasa por mejorar nuestra participación ciudadana en la materia, cosa que históricamente nos ha diferenciado de países en mejores condiciones. Lo que en parte es comprensible tomando en cuenta el estado actual de las cosas, y la aceptación que hicimos inconscientemente, pero bajo ninguna circunstancia puede seguir siendo una excusa para no cambiar nuestra forma de vida.
Octavio Paz en algún momento escribió:
» La resignación es una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de la victoria nos conmueve la entereza ante la adversidad «
Bueno, yo creo en la gente que me rodea, en su capacidad para no adaptarse a la adversidad sino para combatirla, creo que estamos cambiando poco a poco y que todos los esfuerzos realizados hasta el momento son nada comparados con lo que falta por venir, pero eso será mucho más fácil si todo mundo pone un grano de arena para quejarse, hasta que como una sola voz nuestros reclamos materializados con acciones cambien nuestra realidad.