Todas las semanas vemos diferente publicaciones hablando sobre el mismo tema, profesionistas de cualquier área cometiendo graves errores al tratar de transmitir sus ideas, incluso supuestos expertos cuyo trabajo depende de generar una adecuada comunicación organizacional o incluso políticos que semana a semana son víctimas de burlas constantes por sus evidentes errores que al día de hoy, ya ni siquiera hacen que nos preguntemos si están o no capacitados para el puesto que desempeñan, porque tristemente sabemos que no es así.
Tal vez las generaciones que nacieron después de que se implantó internet en nuestras vidas (en México eso fue allá por el 2005), nunca se darán cuenta que con su llegada se generó un libre acceso al conocimiento, se facilitó la divulgación de la cultura y se permitió el acceso a una mayor de libertad de expresión como nunca en la historia humana se había conocido. Y aunque ahora, se trate bajo cualquier excusa ridícula de coartar esa libertad, incluso un niño en algún rincón del país más pequeño se puede hacer escuchar frente al mundo entero. Pero ahora que hablamos tanto, la verdadera pregunta es: ¿En verdad sabemos cómo comunicar las ideas que tenemos?
Saber comunicar adecuadamente nuestras ideas en nuestros días se ha convertido en algo más que indispensable no solo para una organización de cualquier tipo sino para cualquier ser humano en todas partes del mundo. Durante mucho tiempo he escuchado con atención que cualquier organización y persona debe de adaptar el mensaje que trata de transmitir según las características del público y aunque cada vez más y más personas lo entienden aún falta mucho por hacer.
No se trata de segmentar tu publico según unas características arbitrarias, porque como lo demostró este año, al parecer todo mundo debemos volver a los fundamentos básicos de la estadística, comunicación y las disciplinas sociales para entender que el mundo ha cambiado y las cosas que antes nos permitían segmentar grupos ahora ya no existen. Un grupo étnico, sexo, religión o país entre otras, no definen por completo las decisiones de una persona. Lo que si nos puede ayudar a comprender sus decisiones y bajo algunas circunstancias adelantarnos son: el nivel cultural, acceso a información verídica y comprobable, el ambiente social físico y digital en el que se desenvuelva y la flexibilidad que posea para optar entre decisiones que lo lleven a beneficios a corto o largo plazo.
Cada día es más difícil colocar nuevos productos en el mercado, no solamente por la saturación del mismo con ofertas similares, sino por nuestra incapacidad para identificar claramente a nuestro público, difundir las cualidades del producto y la propuesta de valor que mejore la vida de las personas. Ya no se trata de únicamente comunicar, se trata de conectar con las personas, hacernos escuchar al mismo tiempo que atendemos las necesidades de los demás y acostumbrar al nuestro público a contenidos de valor verdadero, que ataquen los valores fundamentales que toda persona debería de poseer y que los traten como seres con una gran capacidad de razonamiento.
Con esto no pretendo comenzar a escribir una tesis sobre la complejidad de las relaciones humanas, no tengo un Master en comunicación y mi formación profesional dista mucho de lo ideal para poder dar realizar una critica severa a los medios de comunicación. Sin embargo, comprendo que queda un largo camino para lograr entendernos entre todos, la mítica Torre de Babel solamente fue eso, un mito y debemos de comprender que como miembros de la misma especie nunca antes nos hemos entendido perfectamente, pero podemos aspirar a lograrlo un día muy cercano. Este sito siempre ha sido más que un portafolio de mi trabajo, es un sitio donde deseo ejercer mi libre expresión y colocar algunas de mis reflexiones que sin lugar a dudas estaré encantado de debatir amablemente con cualquier persona.
Photo by Tyler Lastovich: https://www.pexels.com/photo/black-iphone-7-on-brown-table-699122/